Reivindicar la rutina
Es muy común quejarse interiormente de lo rutinario. Esa repetición incansable que cansa. Algunos dicen que si la rutina te come es porque perdemos de vista los pequeńos detalles que hacen todos los días diferentes, falacia. Lo terrible es ponernos en un lugar pasivo, como si la rutina fuera un parásito invisible que se alimenta de nuestro entusiasmo hasta consumirlo por completo.
Estoy convencida que lo rutinario hace más referencia a la repetición de lo que detestamos o de lo que empezamos a detestar con la repetición, el problema está en lo que detestamos, la reiteración simplemente potencia el asco. Acaso no hay cosas que repetimos, nos gusta hacerlo.. y cuanto más, mejor??? Heráclito tenía razón. Creo que cuando se trata de lo que nos gusta, la rutina no molesta... no es posible bańarse dos veces en el mismo río... hacemos lo que nos gusta una y otra vez... y siempre tendrá algo de distinto y no nos aburrirá, por eso, porque gusta.
En cambio, con lo que detestamos.. no importa cuantos matices tenga, la repetición lo potencia. No descarto que lo que en un momento nos guste, después nos aburra... pero es siempre la repetición la que genera eso? ....
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