Sobre la elección de la Rana (Reivindicación del Príncipe azul)

De vez en cuando se me hace necesario retomar una de las cuestiones mas abordadas en este blog y es la de “El príncipe azul”. De todo lo antes mencionado es necesario que rescatemos ciertos aspectos que quedaron un poco relegados.
En definitiva lo que hay que reconocer es que, en primera instancia, una no tiene al príncipe azul materializado frente a sus ojos, sino que lo que una posee es un estanque lleno de ranas - sisi, de esas que luego de sufrir la dichosa metamorfosis se convierten en príncipes azules- de las cuales una suele escoger UNA (aunque puede haber excepciones…).
Es así como una no tiene a quién recurrir frente a determinadas fallas en el príncipe (léase: desteñimiento, pérdida de la capa, mal manejo de la espada…), no hay garantía… La única responsable de la elección de la primigenia rana es una misma... osea que, al fin y al cabo, muchachas y muchachos, hay que poner el ojo en el verde de la rana, o en su forma de saltar, o en su dulce croar… no en cuán azul es el príncipe, o si tiene buena capa o si es un excelente esgrimista.