"DEDICADO a los pecados de la juventud, al desorden de principios como medio en la universal era del universal desencanto y a la absoluta rebelión frente a la totalidad de la simpleza, así como a la libertad en sí misma..."Alfred Jarry

lundi, janvier 29, 2007

Y resultó ser que todavia no sabemos nada al respecto...

Leyendo un libro sobre filosofía llegué a la triste conclusión de que el mal de todos los males todavía persiste, luego de miles de años de "civilización" y con los desarrollos tecnológicos de hoy, el hombre todavía no es capaz de responder a la sencilla pregunta : ¿de dónde venimos?. No es que me interese indagar en cuestiones biológicas ni nada de eso sino que, en realidad, creo que para resolver cualquier problema siempre es necesario establecer un punto de partida. Pero, he aquí que el punto de partida es EL problema, entonces si no podemos definirlo se supone que no podremos solucionarlo.
A su vez, me he dado cuenta de que, de a ratos, nos ocupamos de esta cuestión como si nos agarrase el ataque por saber y cuando nos cansamos de releer la misma pregunta de adelante para atrás y viceversa, saltamos a otros temas para quedar airosos un par de años más como si nada hubiese sucedido. Por lo tanto, pensé en establecer una suerte de "historia" acerca de esta cuestión. ¿Quién habrá sido el primero que se puso a pensar de dónde salimos? Es difícil establecer un culpable, ya debe haber muerto hace varios milenios, pero el registro más lejano que supe encontrar fue el de Tales de Mileto, un filósofo que por allá por el 585 a.C. apareció en Grecia para traernos la preciada respuesta: del agua venimos (...
y hacia el agua vamos ¿?).
Pero, en ese entonces se ve que no le creyeron mucho y lo dejaron pasar. Después, parece que vino otro que agitó los cascabeles de nuevo, un tal Anaximandro, también oriundo de Grecia, que salió a decir que "la vida nace de lo húmedo evaporado por el sol"... de nuevo, en pocas palabras, EL AGUA. Después habrán venido tantos otros, entre ellos Leonardo Da Vinci, René Descartes, el famoso Darwin...pero haciendo un poco de estadísticas, casi el 80% de las respuestas se redujeron ¿a qué? Al AGUA! Sin embargo, seguimos intentando dar respuesta, porque parece que la acuosa no nos satisface.
Lo que me indujo a pensar un poco en lo que alguna vez Platón quiso dar a entender: "Es necio interesarse de las cosas del cielo y ser un ignorante en lo que le es próximo y vecino." Y a la vez me pregunto: ¿Por qué buscamos Agua en Marte? ¿Será que queremos seguir buscando la respuesta?

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